La rinoplastia es una intervención quirúrgica en la que se resuelven principalmente los problemas estéticos de la nariz tales como la giba ósea, (el hueso que sobresale del dorso de la nariz a semejanza de una joroba), las desviaciones hacia la derecha o izquierda de la totalidad de la nariz y las malformaciones congénitas como las asociadas a labio y paladar hendido, como asimismo otros factores genéticos o adquiridos por traumatismos y enfermedades. Cuando se busca una solución a la nariz obstruida por tensión excesiva o desviación del septum o tabique nasal exclusivamente, nos estamos refiriendo a la septoplastia. Existen otras estructuras dentro de la nariz, cornetes y válvulas nasales o la propia mucosa inflamada entre otras, cuyas alteraciones congénitas o adquiridas pueden contribuir o ser la causa de la obstrucción. A pesar de que este último es un procedimiento diferente, ambas operaciones, rinoplastia y septoplastia pueden realizarse en el mismo acto operatorio en la mayoría de los casos. La cirugía que incluye ambos procedimientos se denomina septorrinoplastia o rinoplastia funcional.
Actualmente la rinoplastia busca devolver la armonía facial del paciente adaptando su nariz a la cara. Es decir que un resultado óptimo, generalmente, hace que la nariz siga los rasgos estructurales de la cara. Uno de los objetivos principales del cirujano es producir narices que luzcan como "no operadas".
Tradicionalmente, quien realizaba la septoplastia era el otorrinolaringólogo y resolvía los problemas funcionales, mientras que la rinoplastia estética era realizada por el cirujano plástico o el cirujano maxilofacial. Durante la segunda mitad del xx, se comenzó a desarrollar el concepto de una cirugía integral de la nariz que atendiera tanto los problemas funcionales, reconstructivos y estéticos. En la actualidad, la rinología parte de la otorrinolaringología, es la especialidad médica que contempla la nariz y sus anexos desde todos los puntos de vista, mientras que la cirugía plástica atiende solo el aspecto estético y reconstructivo, requiriendo la participación de otros especialistas para resolver el mayor número de problemas nasales en una sola intervención quirúrgica.
Desde la década de 1980, las técnicas han evolucionado mucho. La rinoplastia clásica o cerrada sigue siendo un procedimiento frecuente. Por otro parte, la rinoplastia abierta permite una exposición y visualización completa del esqueleto nasal. Como inconvenientes, deja una mínima cicatriz en la columela nasal y tiene un mayor edema postoperatorio. Esta se reserva para algunos casos en los que ya se ha intervenido la nariz previamente o en situaciones que requieren de una exposición amplia del esqueleto nasal. Algunos cirujanos prefieren esta técnica como primera opción. La elección de la técnica operatoria quedará sujeta a la experiencia del cirujano.
La rinoplastía secundaria es aquella que se realiza en pacientes que han tenido cirugía de nariz previa y deben someterse a una nueva intervención para resolver problemas que no se han resuelto en la primera cirugía, o complicaciones de la misma. También reciben el nombre de rinoplastia revisional.
Fuente original: wikipedia